25.2.10

Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe

Un bloque regional de Estados Latinoamericanos y del Caribe recientemente fue anunciado tras la última reunión del grupo Rio, en Cancún, México.

La idea básica es una Organización de Estados Americanos (OEA), pero sin representación de Estados Unidos ni de Canadá. Al parecer, Honduras tampoco está invitado, al menos hasta que la nueva administración repare su imagen regional.

La problemática aquí es tratar de entender una fuerza político-económica latinoamericana sin Estados Unidos. ¿Latinoamérica SIN Estados Unidos? Bastante se sabe y se ha escrito ya sobre esta relación para no repetirla. Además, fundamentos más recientes pueden justificar esta emergencia, como la "pasividad" del norte ante la destitución del Presidente Zelaya y la instalación de Lobo en Honduras. Más bien, la pregunta sigue sobre las relaciones individuales de las naciones regionales.

Si bien el Presidente de México, Calderón, y el de Colombia, Uribe, ambos, tomaron oportunidades para aclarar que el nuevo bloque regional no era "ideológico" ni "doctrinal", aún están las posturas de personalidades como Castro, Chávez y Morales cuyos discursos podrán tender a desmentirlo y poner a la nueva organización en dificultades diplomáticas, por decir lo menos. Es decir, las relaciones bilaterales entre los países latinoamericanos y Estados Unidos podrán verse afectados, con la salvaguarda del tema "del momento": la seguridad.

Pero hay más. Como se declaró en el mismo anuncio, esta Comunidad no tiene la intención inmediata de sustituir al OEA, pero servir como una entidad paralela. Hasta el temprano momento, la coalición ya ha servido para iniciar relaciones bilaterales entre Méxio y Brasil (los jugadores más grandes del bloque); además de un intento por reestablecer amistad diplomática entre Colombia con Venezuela y Ecuador.

Tal vez estamos presenciando una toma de consciencia en Latinoamérica. Una que no depende de la revisión y aprobación mundial, y capaz de mostrar un propósito generalizado de crecimiento y desarollo. Pero al mismo tiempo, tal vez es una actitud, no poca fundada, de malinchismo. La región está buscando influir en sus propias realidades. Puede ser que el subdesarrollo que sufrimos por estas partes se deba a que las autoridades locales no han tenido un sentido de responsabilidad hacia sus propios territorios desde hace más de medio milenio. Si es así, esta Comunidad representa la intención de avanzar en su soberanía, aunque sea colectivamente.

19.2.10

Sexo-turismo en dirección legal?

Según un artículo reciente, Playboy corp. tiene intenciones de expandir su presencia en Latinoamérica. No se trata de vender más ejemplares de su revista, sino de clubes.

La empresa actualmente considera clubes en Brasil, el Oriente y México, tal como el que tiene en Las Vegas, Nevada.

El tema surge dada la historia de algunos de estos lugares relacionados con el tráfico humano y con la prostitución infantil. Pero con la influencia del gobierno de Estados Unidos, puede que haya posibilidad de alguna mejoría en esta situación.

El problema es la falta de regulación sobre el turismo sexual. En Cancún, por ejemplo (y sin mencionar Managua, La Habana y otros lugares similares), este sector de actividad se vuelto clandestino; que a la vez lleva a prácticas peligrosas a la dignidad y a los Derechos humanos. Tal vez -y digo "tal vez"- estos problemas pueden ser diminuídos con la presencia de alguna entidad, como Playboy, que ponga un estándar de negocios en cuanto a la prostitución. No obstante, el caso puede ser al revés...

5.2.10

Cárteles y Neo-Paramilitares

Según un estudio periodístico reciente, el desarrollo de los cárteles mexicanos no se ha visto debilitado en forma considerable con la Guerra contra las Drogas, sino más bien han crecido.

En especial el cártel de Sinaloa y el del Golfo/Zetas, todas las organizaciones de narcoterrorismo han podido abrir representaciones en casi toda la región. De acuerdo con los hallazgos reportados, son 19 los países latinoamericanos con la presencia, a veces simultánea, de varios de estos grupos.

Incluso en Estados Unidos los cárteles mexicanos han desplazado a productores y distribuidores tradicionales como la FARC colombiana. No obstante, hay algo interesante en el trasfondo de este fenómeno.

Al parecer, la disminuida fuerza de las FARC, resultado de los ataques recibidos por el gobierno colombiano, permitió esta apertura en su país de la competencia mexicana. No obstante, cabe decir que es posible que incluso grupos de tanta influencia como el de Sinaloa, no tienen tanto en ese país sudamericano. Y es que ahora parece que la competencia narcotraficante se ha diversificado.

El Human Rights Watch recientemente publicó un estudio que muestra la re-autoactivación de las fuerzas paramilitares en Colombia, pero sin los propósitos políticos que antes las caracterizaban, sino que su principal negocio ahora es el narcotráfico.

Sólo para mostrar que hierba mala nunca muere. Tanto, que incluso se aloja en los lugares menos esperados. ¿Serán capaces los cárteles mexicanos de dominar las naciones latinoamericanas?

Estratégicamente hablando, podrán coercionar a las competencias locales a su favor.

Pero ¿qué hay de la respuesta civil en este asunto? Los paramilitares, teóricamente, sirven los intereses del Estado, y en varios casos surgen para llenar un vacío de competencia gubernamental, como es el caso de fuerzas de "auto-defensa". Pero ahora resulta que toman vida e intereses económicos propios, ajenos a materias de defensa y seguridad. Dadas las características de los cárteles mexicanos, es improbable a estas alturas que una propuesta de coexistencia entre el Estado y el narco, tal como se hizo en los años noventas en Colombia, sea una opción.

Estos desarrollos recientes implican que años después de haber considerado el problema de narcotráfico -más o menos- estabilizado en Colombia, el problema aún persiste y con riesgos de agravarse aún más. Si es así, ¿qué le espera a todas las naciones latinoamericanas?

Un recordatorio más de que el consumo vía canales ilíticitas alimenta en peligro enorme.